Museo Etnográfico y de Arqueología Industrial

Museo Etnográfico y de Arqueología Industrial
Vivienda tradicional de Chillarón y su comarca

sábado, 9 de marzo de 2019

Moda


Resulta curioso pensar que, con las duras labores diarias, las mujeres tenían tiempo para otros menesteres. Además, si pensamos en la falta de electricidad, todavía parece más asombroso. Pero como dice el refranero popular: <cuando mariquita quiere, para todo se da maña>. 
El hábito de llevar el pelo largo, más bien de no cortárselo nunca, fue una cosa normal entre nuestras féminas hasta bien entrado el siglo XX. <Una de las costumbres de las localidades era hacer corrillos en las puertas de las casas donde se reúnen las vecinas a coser, peinarse y ejecutar otros quehaceres domésticos>. 
Más tarde se impuso la moda de cortarse el pelo. Aunque a España esta moda llegó con retraso hacía 1920 en las capitales y bastante después en los pueblos. El corte de pelo trajo consigo el uso generalizado de tenacillas que se calentaban en las lumbres bajas de los pueblos y en los infiernillos de petróleo y cocinas económicas de las ciudades. Se probaba siempre en un papel de periódico para no chamuscar el pelo, y cuando estaban a la temperatura adecuada, para marcar sin quemar, se aplicaban en la cabeza.
<<-Dime palomita hermosa:
¿con Qué te rizas el pelo?
-Con tenacillas de oro
que me trajo el habanero...>>
Copla de baile, cantes del pueblo
Tenacillas para ondular el pelo


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